Con
esa pregunta flotando en el aire, toda la conversación de la mesa se
calló y la atención de todos los comensales estaba en mí. Este era
mi momento, tenía que ser capaz de explicar lo que hago y más aún
desmentir la idea popular de que los científicos son gente solitaria
y que estudian cosas inentendibles. Mmmmmmm..., pero no iba a ser
fácil, porque la mala fama no viene gratuita, algo de realidad tiene
¿o no?.
En
la mesa habían 12 personas de todas las edades. Entre ellos abuelos,
dueñas de casa, secretarias, arquitectos, enfermeras, ingenieros y
jóvenes terminando el colegio. Cómo explicar el resultado de tal o
cual experimento sin detallar la estadística asociada, una
herramienta básica en ciencia pero que quienes trabajamos en
investigación le dedicamos mucho tiempo de nuestra formación en
aprender a usarla correctamente. Cómo explicar la fuente de lo
inentendible para un inexperto. Por ejemplo, si tomamos una piedra,
la elevamos hasta la altura de nuestro hombro y la dejamos caer
(suponiendo que estamos en el planeta Tierra claro está), la piedra
caerá al suelo. Si repetimos este experimento 10 veces, en cada una
de ellas la piedra volverá a caer al suelo. Si pudiera repetirlo un
millón de veces nuevamente, la piedra caería en cada uno de estos
ensayos experimentales. Más aún, si distintas personas en distintos
lugares en el mundo tomaran una piedra y realizaran el experimento
otras cien veces cada uno, siempre la piedra caería al suelo. Creo
que ninguno de nosotros tiene alguna idea o hipótesis que nos pueda
hacer dudar que este será el resultado de nuestros ensayos.
Pero
eso es en física, específicamente en mecánica clásica. En el área
que yo trabajo, las neurociencias y en la biología en general, no
tenemos certeza que obtengamos el mismo resultado en cada uno de los
ensayos. Por ejemplo(1), cuando se dice que comer frutos
secos ayuda a prevenir el envejecimiento cerebral, es porque al
estudiar a 100 personas cerca de 95 de ellas tuvieron una mejora en
sus exámenes. Pero debemos considerar que las otras 5 pueden incluso
haber empeorado y dentro de las 95 que se beneficiaron, cada persona
mejoró en distinta magnitud, unos mucho otros poco. Lo que nosotros
conocemos de las investigaciones es un resultado estadístico, no una
certeza absoluta como en física. Concluimos de esta investigación
que comer frutos secos no ayuda a todos por igual pero si beneficia a
la mayoría, en contraste con lo que ocurre en el experimento de la
piedra donde tenemos certeza de que siempre caerá al suelo.
Así, podemos decir que la estadística es la forma (mejor dicho la
ciencia) que tenemos los científicos para aprender de nuestros datos
y determinar qué es o no un avance científico(2).
Ahora
con esto en mente, ¿cómo explico lo que yo hago sin dar la
impresión de que son certezas absolutas? ¿Cómo decirles que un
resultado que se puede ver en 90 personas, en general habrán otras
10 personas perfectamente sanas para las cuales no tendremos el mismo
resultado? No será fácil, pero aquí voy.
Actualmente
se sabe que distintas áreas del cerebro modifican su actividad ante
ciertos objetos o situaciones. Digo modifican su actividad porque
todo nuestro cerebro está siempre activo. Es un mito eso de que
ciertas áreas se apagan o prenden según la tarea desempeñada o
cuando dormimos. Como cualquier célula de nuestro cuerpo las
neuronas, principales células de nuestro cerebro, están siempre
activas. Lo que ocurre es que un grupo de neuronas puede preferir ver
caras, aumentando su actividad cuando veo una cara (esta es el área
de las caras del giro fusiforme), mientras otro grupo
puede preferir modificar su actividad cuando veo objetos en
movimiento (esta área se llama MT(3)).
Representación del cerebro humano. En rojo se pueden observar la ubicación del área MT y del área de reconocimiento de caras del giro fusiforme.
Entonces,
si nuestro cerebro tiene distintas áreas que modifican su actividad
frente a distintas características de lo que estoy viendo ¿cómo sé
que lo que veo es una manzana?. Sería perfectamente posible que en
vez de decir manzana dijéramos: - Es rojo, es comestible, es
redondeado, no forma parte de mi cuerpo... Y así, continuar
mencionando un sin número de características más. Aunque eso
extendería nuestras conversaciones al infinito... ¡Sería
imposible! Pero, cuando nos preguntan qué vemos nosotros decimos:
-¡Manzana!.
Bueno,
en eso trabajo yo, estudiando cómo en el cerebro se coordina la
actividad de estas áreas para que yo pueda tener la percepción de
una manzana. Mi experimento consiste en mostrarle a las personas
figuras en una pantalla mientras recopilo su actividad cerebral. Esta
actividad se observa mediante un equipo llamado electroencefalógrafo
(ya sé, el nombre es largo pero es lo que hay, por eso se le dice
EEG), que mediante unos electrodos que pongo sobre la cabeza de la
persona registran la actividad eléctrica de las neuronas de la parte
más superficial del cerebro llamada corteza. Los electrodos son
similares a un reloj de pulsera, son redondos, metálicos y se ponen
justo sobre el pelo, lo más cercano a la cabeza que se pueda. A
partir de estos datos de actividad cerebral estudio como se podrían
estar coordinando las distintas zonas de la corteza cerebral,
intentando encontrar un patrón de actividad neuronal que sea común
a la mayoría de las personas. Un patrón que sea característico de
esta tarea.
Por
supuesto que luego de decir esto todos tenían preguntas. Si dolía
el EEG; no. Si lo que encuentre será cierto para todas las personas;
no creo. Si podría ocurrir que el patrón de actividad se modifique
si cambio las imágenes; probablemente sí. Si la forma en que muevo
los ojos afecta el resultado porque estoy decidiendo qué cosa ver;
otra vez probablemente sí. Si es posible que la persona que participa
del ensayo esté aburrida o pensando en otra cosa y que eso modifique
su patrón de actividad; seguro que sí. Si este resultado se
mantendrá si las personas que participan están enfermas; no lo sé,
pero podría ser tu propio tema de investigación.
Todas
estás preguntas que se hicieron en mi mesa (que son las que recuerdo
pero creo eran más), son las mismas preguntas que hacen los demás
científicos cuando se enteran de mi tema de investigación. Puede
ser que los científicos hagan preguntas más precisas, pero es
porque saben con más profundidad del tema, sobre los métodos
estadísticos involucrados y porque dedican parte de su día a
reflexionar sobre estas ideas. Pero las interrogantes son las mismas
tanto para entendidos en la materia como para inexpertos. Sólo se
requiere que ambos mantengan la mente abierta. Los entendidos para
poder explicar la esencia de lo que investigan sin usar tecnicismos
innecesarios. Los inexpertos para poder aceptar que en investigación
la última palabra no está dicha, al menos no por ahora.
Christ Devia
Dra(c) en Ciencias Biomédicas
Laboratorio de Neurosistemas
Universidad de Chile
Notas
(1) Basado
en Science 336 (6 abril 2012) editorial.
(2) Ejemplo
inspirado en el trabajo: Nutrient biomarker patterns, cognitive
function, and MRI measures of brain aging. Bowman, G.L. Neurology
2012;78:241–249.
Excelente relato!!!
ResponderEliminarAunque me imagino en la misma situación, pero explicando cuestiones desde mi vereda, la de la matemática... y se me hace más difícil. Quizás el verdadero desafío no es encontrar pruebas, sino en "aterrizarlas" para que se vuelvan evidentes...
SALUDOS!
Fascinante experimento! me ofrezco como voluntario!
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